Personas mayores una población vulnerable en México
En México el 7.2% de la población son adultos mayores de 65 años o más, una población que carece de atención médica, trabajo remunerado y una lucha constante con la discriminación estructural que los lleva a la pobreza extrema.

Se sabe que los ingresos económicos sostienen la vida de millones de personas, pero si ponemos el ojo en los adultos mayores veremos que sus ingresos disminuyen con el paso de los años.
Empresas y gobiernos han discriminado a través de los años las aptitudes y el esfuerzo para salir adelante en las personas mayores; si bien han constatado que las personas de cierta edad ya no son útiles para laborar, dejando una gran brecha que orilla a miles de personas en la pobreza.
Pero no solo es una problemática las oportunidades laborales, al depender de familiares y del gobierno capitalino son consideradas “una carga” y el abandono es una opción. Otro dato importante es que el 47.4% de la población tiene una discapacidad, otro punto que hace más vulnerable a los adultos mayores.
Hoy en día los gobiernos cuentan con apoyos económicos para las personas mayores, tal es el caso del INAPAM. También existen instituciones especializadas en la atención de personas adultas mayores de edad, red de albergues y casas hogar para ellas.
Otra problemática que enfrenta esta segmentación de la población es la soledad y el aislamiento social; si bien la salud mental es un factor que afecta la calidad de vida de millones de personas. Tener un tratamiento psicológico adecuado para personas de edades avanzadas es un ingreso que bien o mal afecta el bolsillo de las personas.
En temas más graves las personas mayores son vulnerables a vivir un maltrato físico, psicológico, sexual, económico y por negligencia. Según la OMS el tipo de violencia más frecuente es el psicológico.
Las personas que han sufrido de algún maltrato presentan confusión, insomnio, agitación, agresividad, pérdida de peso, moretones, cicatrices o quemaduras, higiene deficiente y desarrollo de úlceras, entre otros síntomas. Hoy en día se carece de una atención especializada que ayude a contrarrestar los efectos de la violencia en personas mayores.