¿Por qué nadie habla sobre el lunes, martes y miércoles santo?
En México y varias partes del mundo donde se practica la religión católica, se llevan a cabo las fechas conmemorativas por la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Así mismo en nuestro país, miles de familias consideran esta época como una oportunidad para visitar las playas mexicanas, mientras que otros deciden llevar a cabo las celebraciones en la ciudad a partir del jueves santo, sin embargo, ¿Sabes por qué se habla poco de las celebraciones del lunes, martes y miércoles santo? Hoy te lo explicaremos.

El lunes santo es el día en el que se conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, donde fue aclamado por la multitud que lo recibió con ramas de palma. Esta entrada es conocida como el Domingo de Ramos y marca el inicio de la Semana Santa. Según la tradición cristiana, Jesús entró en Jerusalén montado en un burro y los habitantes de la ciudad lo recibieron como un rey que venía a liberarlos del dominio romano.
El martes santo se enfoca en el mensaje que Jesús transmitió a sus discípulos. En ese día, Jesús les habló sobre su próxima muerte y les enseñó la importancia de mantener la fe en medio de la adversidad. Durante este día, Jesús también predicó sobre el fin de los tiempos y la necesidad de estar preparados para su venida.
El miércoles santo es el día en el que se recuerda la traición de Judas, uno de los discípulos de Jesús, quien lo entregó a las autoridades romanas a cambio de treinta monedas de plata. Este día también marca la preparación de Jesús para su crucifixión. En este día, se celebra la misa de los santos óleos en la que se bendicen los óleos que se usarán durante el resto del año en las celebraciones religiosas.
Durante estos días, en muchos lugares del mundo, se realizan procesiones y ceremonias religiosas en las que se recuerda la Pasión de Cristo, que es el sufrimiento que Jesús experimentó durante los últimos días de su vida. Además, en algunas regiones, se llevan a cabo representaciones teatrales de la Pasión y se practican la penitencia y el ayuno como formas de purificación espiritual y de agradecimiento a Dios.
Por ello los días lunes, martes y miércoles santo son importantes para los cristianos porque se conmemoran los eventos que precedieron a la crucifixión y muerte de Jesucristo, que son fundamentales en la religión cristiana.